sábado, 26 de junio de 2010

La gente me marea con sus idas y venidas, con sus mentiras y verdades, hacen que me mare, que me pierda, no me dejan saber la verdad, me confunden y nose a quien creerle, me pierdo en mi propia cabeza que la hacen dar vueltas.

Un lugar del que nunca se vuelve.

¿Es un capricho? ¿Es una necesidad? ¿Es constancia? ¿Es lealtad? ¿Es tenacidad? ¿Es terquedad? ¿Es intransigencia? ¿Es obstinación? ¿Cómo se llama eso que sentimos y que no se va ni con el tiempo? ¿Es amor? ¿Es una manía? ¿Es ceguera? ¿Qué es? ¿O es obsesión?
Es muy fácil confundir amor con obsesión, pero no son lo mismo. El amor está en todo el cuerpo, la obsesión solo está en tu cabeza. Te encierra en tu burbuja, te aísla, te adormece.
Cuando no hay amor aparece la obsesión, para aturdirnos, para hacernos creer que sentimos algo cuando en realidad no sentimos nada, porque estamos vacíos, vacíos de amor.
El amor saca lo mejor de uno, y la obsesión lo peor.
A veces podemos parecer valientes, arriesgados, y en realidad lo que nos empuja es estar ciegos, obsesionados.
Por la obsesión se puede hacer cualquier cosa, se puede lastimar tanto…
Porque la obsesión al fin y al cabo es un medio para llegar a ningún lado, o para llegar demasiado lejos.
Trampas en nuestra cabeza, y ahí vamos inocentes entregando nuestro cuerpo, creyendo que ese camino nos llevará hacia el amor justificando los medios por ese fin. Y en nombre del amor, matamos al amor.
Por eso las obsesiones son tan peligrosas, porque es un lugar del que nunca se vuelve.
¿Los cuentos nos hacen dormir o nos despiertan? Todo depende de qué cuento nos contemos. Si te contas un cuento feliz tenes una historia feliz, si te contas un cuento triste tenes una historia triste. Cuando te crees el cuento que te contaron es muy difícil imaginar otro cuento ¿no? Uno se cree la historia que más le conviene.
Uno elige que cuento creer, pero no elige quién nos cuenta cada cuento.
Lo triste es darse cuenta que el cuento que más te gusta es solo eso, un cuento.
Los cuentos para dormir son lindos, son como una caricia que llenan de lindos sueños. Pero cuando esos cuentos te mienten y te cuentan una historia que no es, no son lindos, no son una caricia,
son cuentos para no despertar.

Una y otra vez se repite la misma historia

Una y otra vez se repite la misma historia... Una figurita que se repite hasta aburrirte. La misma canción que se escucha una y otra vez hasta cansarte. La misma escena una y otra vez hasta enfurecerte. Harta de vivir siempre lo mismo...
Es todo como si fuera un gran déjá vu, es como si todo lo que te pasa ya lo hubieras vivido. Hay que salirse del libreto, hacer algo distinto. Girando en falso como disco rayando, es hora de tocar una canción nueva. Romper el cristal de la costumbre. Patear el tablero, borrón y cuenta nueva.
Para que la vida no sea un permanente déjá vu hay que barajar y dar de nuevo, rodar con la vida, asumir los desafíos, con miedo, con pánico. Pero confiando que buscar algo diferente y no repetir la historia es una forma de estar vivos.