martes, 17 de agosto de 2010

love me two times

Cuando se despierta alegre,está pensando en él,
Cuando se cuelga y sonrie de la nada, está reviviendo momentos con él,
Cuando escucha un tema y le brillan los ojos, ése tema le recuerda a él,
Cuando después del peor día, se va a la cama con una sonrisa, sin duda es porque HABLÓ CON ÉL
NO SIEMPRE SALE TODO COMO UNO QUIERE.
PARA GANAR HAY QUE SABER PERDER,
PARA REIR HAY QUE SABER LLORAR.
TODO SE TRATA DE UN IDA Y VUELTA.

Lobo está?

Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está. ¿Lobo está? Tal vez se está poniendo las medias, o las botas, pero el lobo siempre está. Tal vez es un lobo en piel de cordero. Cuando menos lo esperás, el lobo está. Acechando, husmeando... siempre está. En rincones oscuros, afilando sus dientes, el lobo está. El lobo llega, tarde o temprano. Si no se puede evitar, entonces mejor olvidarse del lobo. Y cuando el lobo tenga que venir, que venga, y que nos encuentre bailando. Y bailando y divirtiéndonos como locos, darle pelea al lobo.
El “había una vez” nos introduce en la historia, es la puerta de entrada a la historia; entramos, había una vez, hola que tal estoy en la historia ¿verdad? Pero después del “había una vez” siempre viene algo ¿verdad? Pero un día, tal cosa. Ese “pero un día” es la parte más importante de la historia ¿verdad? ¿Por qué? Porque ese pero un día desencadena todo lo que va a pasar. Ejemplo: había una vez una pareja que estaba más o menos, más tirando a menos que a más, pero un día ella conoce a alguien y todo cambia… A partir de ahí es otra historia. También puede ser otro ejemplo: había una vez una pareja que estaba bien, pero un día algo pasa y todo cambia. Y ese algo pasa puede ser cualquier cosa, un accidente, una sorpresa… un sueño. Un simple sueño y todo cambia. Pero puede ser otra cosa, otra historia: había una vez una pareja que se había terminado, pero un día ella lo ve a el con otra y de pronto renacen todos sus sentimientos. Pero bueno, hoy vimos “pero un día”, reflexionen sobre esto, reflexionen porque es un arma muy poderosa, porque es lo que desencadena el conflicto, y del conflicto viven los guionistas ¿si? “Pero un día”, lo que nosotros técnicamente llamamos factor desencadenante. El factor desencadenante es el motor de la historia. Sin él, la historia no avanza; el factor desencadenante moviliza a los personajes, los hace tomar decisiones; el factor desencadenante los confunde, los hace equivocarse; el factor desencadenante hace que los personajes entren en conflicto. Y del conflicto viven los personajes, porque el conflicto es lo que los hace avanzar, equivocarse, crecer… El factor desencadenante tiene efectodominó; se sabe donde empieza, pero no dónde termina.

duele el amor

La persona que te ama, la que te tiene que cuidar, a veces es la que más te lastima. Duele el amor. Duele el amor ingrato, ¿no? Esperamos que el amor sea correspondido, ¿no? Si amás, si sos amado, si no amás, si no sos amado… El amor siempre duele. Y cuando el amor duele algunos reaccionan con despecho, otros intentan disimular el dolor, otros no aceptan que ese amor no pueda ser e insisten sin medir las consecuencias. Yo soy más impulsivo, no soporto que el amor me maltrate, no lo puedo disimular. No sé si es bueno o malo, pero cuando el amor me duele mucho lo único que puedo hacer es esconderlo y que nadie sepa que sufro por amor. A veces uno no sabe que hacer con tanto dolor que mejor callarlo y esperar que pase.
A los diez años la vida es un cuento previsible, los malos son feos, infelices y terminan mal; los buenos son lindos, felices y comen perdices. También es un juego donde los hijos son muñecos o peluches, una juega a la mamá, al ama de casa. Qué distinto cuando vemos que la vida no se ajusta a ese juego infantil. No, la vida es otra cosa. La diferencia entre malos y buenos es más sutil que una cara bonita y un final feliz; la verdadera lucha entre el bien y el mal ocurre cada día en nuestro interior. Uno crece y el juego se vuelve más serio. Ay, quién pudiera vivir cantando como un chico. Ay, quién pudiera eternizar el juego, vivir por siempre en un cuento de hadas; Ay, quién pudiera ser por siempre chiquitita.

NO
TE
CAMBIO
POR
NADA