sábado, 30 de octubre de 2010

En el medio del caos se le ocurrió aparecer, seduciendo siempre con su mirada de "no se que". 
Y se le escapaban duendecitos de maldad, de esa sonrisa revalsada en sopa de venganza y felicidad. Esa envidia que se acaba con un simple triunfo. 
¿Para qué querer ganar? Para mostrar, siempre se quiere ganar para mostrar.