jueves, 5 de agosto de 2010

Como te atreves a golpear mi puerta si la herida que dejaste en mí sigue abierta. Como es eso que quieres de nuevo mi cariño,
si tú siempre me engañaste igual que a un niño.
Y ahora que quieres que empecemos de nuevo
es imposible pues mi amor por ti se ha muerto.
Toma tus cartas, tus cosas y nunca te arrepientas.
Dame la mano, un beso y pega la vuelta.
Déjame, feliz estoy;
márchate, que así es mejor.